«Oí contar
que se enfrentaron a solas dos paladines,
Hildebrand y Hadubrand, entre sus dos ejércitos;
era un asunto entre padre e hijo. Ambos dispusieron sus armaduras,
prepararon sus corazas, se ciñeron sus espadas
sobre las cotas de mallas, los héroes, mientras cabalgaban hacia el combate.
[…]
Entonces pusieron a caminar primero las lanzas de fresno,
armas afiladas, que se clavaron en los escudos.
Luego hicieron chocar las retumbantes planchas de combate,
golpearon con saña los blancos escudos
hasta que sus maderas de tilo se hicieron añicos
destrozadas por las espadas…».
«El Cantar de Hildebrand (o Hildebrandslied) es un poema de unos 68 versos, carente de final, copiado en los años treinta del siglo IX en un códice teológico del monasterio de Fulda. […].
Según todos los indicios, el Cantar estuvo compuesto primero en la variedad lingüística bávara y fue trasladado luego al sajón […].
Aunque se pueda comprender qué es lo que ocurre en los versos conservados, quedan a oscuras el contexto y las motivaciones de estos sucesos. Sabemos que Hildebrand, el padre, marchó al exilio junto a Teodorico y fue un gran guerrero […] hay indicios sólidos de que el público contemporáneo tenía más información que nosotros porque conocía la historia de la tradición oral […]. Los nombres de los personajes mencionados en el Cantar de Hildebrand […] evidencian que el contexto en que se enmarca nuestro poema es la leyenda de la conquista de Italia por parte de Teodorico el Grande, conocido en la tradición heroica como Dietrich von Bern, gentilicio referido no a la Berna suiza, sino a la Verona italiana». (Traducción y texto de Víctor Millet).
La imagen corresponde a la reconstrucción de la tumba principesca de Planig –en este caso de un guerrero franco– que se encuentra en el Landesmusem de Mainz/Maguncia (visitado en el año 2015).
Para acompañar las sublimes palabras del profesor Millet y la magnífica fotografía, tomo estas líneas de Historia de los Visigodos como también sucede en el propio libro: «Las gestas de Teodorico el Grande traspasaron los hechos político-militares de su reinado, los cánticos tradicionalistas de su pueblo y los relatos elaborados en su corte de Rávena para cubrir la épica medieval europea, convirtiéndole así en un personaje para la posteridad».
Interesentísimo.Siempre tenemos algo que aprender de Vos.Un abrazo
Muchas gracias, Álvaro. La verdad es que estamos ante un tema muy interesante 👍🏻.
Aprendemos todos juntos 😉.
Un abrazo godo
«Somos historia» dice Juan Pablo Fusi.
Rávena, esa ciudad tiene una pista, un mosaico, un testimonio que nos enlaza con nuestros antepasados.
Qué preciosa civilización, estamos obligados a entenderla. Además, quedan sorpresas por descubrir.
Gracias por compartir.
Rávena es pura Historia, pura magia…
Recomiendo su visita encarecidamente.
Seguimos cabalgando ⚔️.
¡De nada, Frutos!
Fuerza y Honor